1. INTRODUCCIÓN A LA CULTURA SAMI

Los samis son la población indígena que habita el área ártica Sápmi. Se autodenominan “hijos del sol”.

Fuera de su territorio se les conoce como lapones y a su tierra como Laponia. Así, Sápmi –nombre sami para referirse a su propio territorio- comprende las zonas más al norte de Suecia, Noruega, Finlandia y la península rusa de Kola.

Aunque son apenas unos cien mil, reivindican su identidad. Las familias sami, siempre se ha ndedicado al pastoreo de renos, y a la cría de perros. Visten ropa tradicional con los colores de su bandera, y la verdad es que cuesta trabajo reconoceros como indígenas, debido a sus rasgos marcados por los ojos azules y cabellos rubios y pelirrojos.

Como pueblo, también poseen su propia historia, su propio lenguaje, sus tradiciones, su atuendo, su bandera y su canto: el yoik.

2. CARACTERÍSTICAS DEL CANTO YOIK.

Técnicamente hablando se encuadra dentro del canto de armónicos, entendiendo este como una reverberación sonora (generada entre la faringe y la boca) que produce dos o más sonidos simultáneos con una ligera variación (alrededor de un armónico). En algunos casos, esta variación puede ser modulada de modo independiente.

Es una música que centra su interés en la voz humana y, si bien se suele tocar acompañada de instrumentos sencillos (percusión principalmente), trata de encarnar un ambiente natural en el que el silbido del viento o los sonidos naturales predominan sobre la orquestación elaborada.

Principales características:

-Los yoiks son expresiones improvisadas de marcado carácter espiritual. Están dedicados a animales, a paisajes, a ocasiones especiales o a personas. No describen algo ni tratan sobre nadie, sino que evocan directamente el objeto o la persona.

- Es una de las formas de canto más antiguas de la que se tienen noticias, relacionada desde tiempos remotos con las prácticas chamánicas, prácticamente erradicadas durante el s. XVII. Los noaidi (chamanes) lo utilizaban en sus ritos acompañados en su trance por su tambor sagrado. Fueron perseguidos y ajusticiados por practicar la magia y la brujería. A pesar de todo y gracias al compromiso de sus gentes, los yoik, los tambores sagrados y el modo tradicional de vida de los Samis resistieron en la clandestinidad a la cristianización y a la modernización.

-Incluso no necesita ni siquiera tener letra. El intérprete puede expresarse con palabras, pero también con melodía, ritmos, expresiones o gestos. Suelen aprovechar sonidos onomatopéyicos, repetitivos, sin simetría. A menudo están basados en improvisaciones silábicas y en pocas ocasiones se acompañan de algún instrumento, tal vez una flauta o un tambor, pero tradicionalmente se cantan a capela, despacio, desde el fondo de la garganta, utilizando unas escalas y unas vocalizaciones que pueden resultar extrañas y chocantes a oídos occidentales.

-Tampoco tienen ritmo ni una estructura definida. El yoiker tiene libertad de utilizar los tonos que le plazca.Desde el punto de vista occidental una canción tiene una estructura lineal, con un inicio y un final. Sin embargo el yoik parece comenzar y terminar abruptamente. No tiene principio ni fin. Definitivamente no es una línea, quizá una especie de círculo, no se pueden localizar sus extremos.

Al mismo tiempo, el yoik tiene funciones sociales: puede servir como instrumento para compartir experiencias, trasmitir tradiciones, incluso para calmar a los renos, para declarar un amor o para asustar a los lobos.

- Como el propio pueblo Sami, el yoik ha sido malentendido y ridiculizado.Algunos artistas samis comprometidos, han comenzado a recuperarlo: Sofía Jannok, Berit,

Berit Margrethe Oskal, Mari Boine.

- El yoik se erige en otro símbolo poderoso, representativo de la lucha y de todo el abuso que los Samis han sufrido de las gentes llegadas desde el sur.